1. El primer error es carecer de Autoliderazgo.
Si un líder no es capaz de establecerse objetivos a medio y largo plazo, si no consigue planificarse adecuadamente, si no sabe mantener una elevada motivación, …, en definitiva si no sabe llevar las riendas de su propia actividad muy difícilmente puede dirigir a otros (puede mandar pero no liderar). Por lo tanto la primera recomendación es profundizar en el autoconocimiento, identificar los propios puntos fuertes, las áreas de desarrollo y establecer planes de mejora personal. A partir de este análisis se puede llegar a desarrollar un Autoliderazgo efectivo que permita al líder convertirse en un auténtico “referente” para los miembros de su equipo.
2. No reconocer el papel de las emociones en la dirección de equipos.
Los lideres que no perciben las emociones de los miembros de su equipo tiene una gran déficit. Conocer y actuar sobre ellas permiten generar confianza y ganar una gran capacidad de influencia. Es importante dedicarle tiempo a escuchar al equipo, interesarse honestamente en conocer sus sentimientos actuales y las expectativas de futuro que tienen.
3. No desarrollar el talento
Podemos partir del convencimiento que la gente quiere aprender cosas nueva, ampliar sus conocimientos y realizar cada vez mejor sus tareas. Si el líder no considera este aspecto, si vive en un riguroso “día a día” y se conforma con el actual desempeño de su equipo (por bueno que este sea) no se convertirá en “ese jefe que me ayudo a progresar profesionalmente” si no en “un jefe más”. Por lo tanto debe saber identificar el potencial de cada uno y facilitar el aprendizaje y el desarrollo del talento.
4. Pensar que la motivación sólo depende del dinero
Cuando un líder quiere motivar a su equipo y lo primero que piensa es en el dinero significa que no conoce a su equipo. No decimos que el dinero no se importante, pero claramente no es la principal “llave” a tocar. Un buen líder, se pregunta ¿A que aspiraran? ¿Cómo puedo ayudarles a lograrlo? ¿Qué tipo de reconocimiento esperan?¿Qué relación quieren tener conmigo? En definitiva sólo el líder que conoce a su equipo encuentra formas para motivarlos.
5. Hacer en lugar de dirigir
Un gran error ocurre cuando el líder piensa que es el mejor del equipo (y que siempre lo será). Esto le lleva a realizar más tareas de las que debe y por tanto limitar el rango de actuación de su equipo. Esto trae dos consecuencias negativas, el líder no tiene tiempo para su equipo ya que sólo está para resolver problemas urgentes, y los empleados no logran desarrollar todas sus competencias. Es importantísimo aprender a delegar, asignado tareas nuevas y mostrándose accesible para ayudar cuando sea necesario.
6. No saber establecer prioridades
En la actualidad es fácil perder la perspectiva y confundir lo urgente con lo importante. Cuando esto ocurre el líder se deja llevar por la ansiedad de lo inmediato, perdiendo perspectiva y arrastrando a su equipo a una vorágine de todo es para ya! (con la consiguiente perdida de credibilidad). Aprenda “a contar hasta diez” antes de actuar, dele perspectiva al problema y decida cuando y quién tiene que intervenir en esta ocasión.
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